Estos días leíamos un artículo en Smoda que acuñaba un curioso término: "decorfidal". Algo así como crear ambientes en nuestro hogar que nos den paz mental.
Y, en realidad, esa es la misión de cualquier proyecto de decoración, ¿no crees? Generar una atmósfera en la que sentirse bien.
A fin y al cabo, es nuestro hogar.
Pero ese equilibrio no tiene por qué jugárselo todo al blanco. Podemos utilizar el color sin perder ni un ápice de calma.
Un buen ejemplo es esta cocina, situada en un ático de Bilbao, en pleno parque de Doña Casilda.
Nuestro objetivo en este proyecto fue crear un ambiente cálido y funcional, con diferentes espacios integrados: zona de cocina, de lavado, barra de desayuno, mesa…
Elegimos mobiliario Leicht en color arena con encimera de cristal templado y detalles en madera de roble.
El contraste lo aportan las sillas de colores, de Vitra.
Es una versión de una pieza icónica del diseño: la Eames Plastic Chair, creada en 1950 por Charles y Ray Eames.
Querían una silla de una sola pieza que se adaptara a la figura humana y crearon una de las sillas más vendidas de la Historia.
En la iluminación también elegimos un diseño especial: la lámpara Mayfair de Diego Fortunato.
Puedes echar un ojo a todas estas piezas en nuestro catálogo on-line.
Pero hablábamos de cómo crear ambientes relajantes y limpios sin renunciar al color.
Esta cocina es la demostración de que ambas cosas no son incompatibles.